viernes, 4 de mayo de 2012

LAS PRESENTACIONES EN EL AULA

¿POWERPOINT NOS HACE ESTÚPIDOS?
Este significativo título de un artículo publicado en El País en 2010 reflejaba ya la polémica surgida en torno al PowerPoint.  Éste se ha convertido en la herramienta de presentaciones por excelencia y su éxito ha sido tal que hoy en día no se concibe la impartición de una clase, la exposición de un trabajo o la charla de un conferenciante sin el apoyo de un PowerPoint. 

Efectivamente esta herramienta puede ser utilizada con fines didácticos y puede resultar muy útil en el aula, porque tiene una serie de aspectos positivos: capta rápidamente la atención, ayuda a sintetizar las ideas importantes, facilita la comprensión de conceptos... Sin embargo, este tipo de herramientas por sí solas están vacías: la clave radica en el uso que de ellas hagamos y en el enfoque didáctico que les demos, teniendo en cuenta las necesidades de aprendizaje de nuestros alumnos.Como dijo Laura Borrás durante su conferencia "Transformaciones literarias en la red" (29/11/10) citando a Oscar Wilde, el valor de los nuevos artificios "está enteramente en la nobleza de los usos que se les den, en la nobleza de espíritu con que se empleen, pero no en las cosas en sí mismas".

Ésta es, en mi opinión, la idea que se ha perdido de vista en el uso didáctico del PowerPoint, ya que se ha convertido, por un lado, en una herramienta en la que se valora más la forma que el contenido y, por otro, en un sustituto de las tradicionales fotocopias, un simple cambio de soporte que ha permitido a muchos profesores saldar su deuda con las nuevas tecnologías, creyendo que todo vale. 

A este respecto, Edward Tufte, profesor de la Universidad de Yale, publicó un artículo muy interesante, titulado "PowerPoint is evil", en el que expone sus ideas acerca del uso de esta herramienta. Para el autor, las presentaciones de PowerPoint no sólo no respetan a la audiencia, dificultando la comunicación e impidiendo la interacción, sino que nos convierten a todos en estúpidos y aburridos.  Critica también lo complicadas que pueden llegar a ser estas diapositivas, cuando a veces lo simple es lo más eficaz y destaca, sobre todo, el uso de la herramienta como material complementario o de apoyo. 

En relación a este artículo, me gustaría dejar en el aire el propio título a modo de pregunta:
¿PowerPoint es el diablo?

6 comentarios:

  1. La verdad es que éste es un debate sobre el que hemos hablado varias veces en clase y yo, después de todo, no es que me mantenga en mis trece sino que he radicalizado mi postura: el power point sí nos hace estúpidos. Puede captar la atención de los alumnos, de acuerdo, pero cuando la capta suele ser por los efectos y todo ese tipo de accesorios que se pueden incorporar al power y a todos los programas que tienen la misma función, pero no creo que haga que se fijen más en el contenido. Para mí es un poco como decir: "ooooohhhhh" pero no "aaaaaahhhh" o, incluso, dejarme sin palabras. No sé si me he explicado. La verdad es que para mí la diferencia entre una clase magistral, un bien muy preciado, o no está en el profesor y éste puede apoyarse en el power -tenéis por ahí una presentación sobre el buen uso de los power points que precisamente insiste en que éstos deberían ser imágenes, algo así como una idea por diapositiva, y muy visual, cuando lo que habitualmente hacemos es rellenarlo de texto, cuando no de rollo- pero creo que nunca debería convertirlo en el elemento central y único protagonista de su sesión.

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  2. Me sorprende ver por dónde se ha iniciado este debate. Yo estoy totalmente de acuerdo con Isabel y siempre he estado en contra de las presentaciones con diapositivas. Solo me parece que tienen sentido porque suponen una gran mejora en asignaturas de lengua en las que se trabaja con frases: mejor si las frases están ya ahí porque se evita tiempo copiando en la pizarra (aunque cuando se trabaja sobre las frases hay que volver a la pizarra siempre), o para ver ejemplos (yo lo consideré necesario en una de las clases en el instituto en la que les enseñaba a citar bibliografía).

    Para llevar un esquema de lo que se va a decir en una sesión... pues será muy cómodo para el alumno, pero lo idiotiza. Mi experiencia es que cuando he tenido que ordenar mis apuntes y reflexionar sobre cómo estructurar el contenido de estos he aprendido muchísimo más que cuando copiaba los epígrafes del power point y no tenía que hacer ningún esfuerzo por organizar la información.

    Pero como tenemos esta tendencia a la vagancia tampoco me sorprende que las presentaciones sean preferidas por todos.

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  3. Yo estoy totalmente de acuerdo con mis compañeras. El uso del Power Point se está convirtiendo en la solución de todo profesor que pretenda innovar, aunque lo que realmente hace es trasladar lo que tienen en esos apuntes de tinte amarillo a un soporte digital. Es decir que únicamente cambian el formato.
    Es una lástima porque pueden dar más de sí, si se utilizan con inteligencia y le podemos dar más juego. Y todos conocemos la frase "Más vale una imagen que mil palabras", porque no emplearlo así.

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  4. Sara, yo también pienso que pueden ser útiles para determinados fines y que en el fondo no "son el diablo"; son herramientas que por sí solas no son ni buenas ni malas, pero por lo general se utilizan de una forma absurda.
    Me ha gustado mucho la comparación que ha hecho Isa entre las reacciones: el "oooohhh" y el "aaaah", y estoy totalmente de acuerdo. Lo malo es que la mayoría de las veces, vemos PowerPoints que no nos arrancan ni un "oooohh" ni un "aaaaahh".

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  5. Yo estoy de acuerdo con todas vosotras. Me ha parecido muy interesante la entrada de mi compañera Andrea, creo que todo lo que ha comentado es lo mismo que yo pienso. Sobre todo el hecho de que los profesores piensen que utilizando el powerpoint innovan. Creo que antes de emplearlo en el aula deberían de aprender a utilizarlo, ya que es un herramienta bastante útil si se hace un buen uso de ella.

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  6. Andrea Irles Pérez
    Me ha gustado mucho como habéis enfocado este pequeño debate.Pese a que estoy de acuerdo con lo que decís en general, me quedo con el último comentario de Andrea. El Power Point es una herramienta muy útil en el aula, ha simplificado la tarea de los alumnos y del profesor, y no ha dejado de sorprendernos durante algunos años. El problema está en que se ha convertido en un "TODO" en el aula. Cuando los Power Points comenzaron a utilizarse en el aula, los profesores trabajaron mucho para aprender a manejar el programa y a estructurar los contenidos. Sin embargo, ahora que la mayoría ya lo dominamos, parece que es lo más fácil de emplear. Ya no hay necesidad de memorizar parrafadas, ahora solo hay que escribirlas, no tenemos por que improvisar, simplemente seguir un guión, y así podría dar varios ejemplos de los beneficios del Power Point. Pero... ¿beneficia o perjudica? Ambos. Todo abuso es malo, y es complicado ponerle límites a un recurso que ha resultado tan eficaz.

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