Yo creo que el PowerPoint es un ángel con cuernos, quiero decir, al igual que vosotras creo que el PowerPoint nos puede ayudar en clase si se utiliza correctamente. Ahora bien, son muchos los profesores que utilizan los Powers como apuntes, y basan sus clases únicamente en ellos, y lo que es más fuerte aún, se pasan la hora con los ojos pegados en la pantalla del ordenador y apenas interactúan con sus alumnos. Como bien ha dicho Andrea, el PowerPoint debería contener imágenes que representasen lo que se está explicando, o algún punto aclaratorio del tema, pero no parrafadas enteras en las que no se deja ni un espacio en blanco, para eso prefiero las fotocopias.
Estoy de acuerdo contigo Elena, pero también es verdad que nosotros como alumnos nos quejamos de que los profesores en las diapositivas se dedican a poner parrafadas y a leerlas, pero en ocasiones nosotros como alumnos también lo hacemos. Creo que como futuros profesores debemos empezar a dejar de hacer las cosas negativas que hemos visto hacer a nuestros profesores.
ResponderEliminarSí, sí. Es verdad.Nosotros utilizamos mucho el PowerPoint y no sé hasta qué punto de manera justificada, porque a veces parece que la exposición de un trabajo no está bien presentada sin un PowerPoint y no debería ser así. Creo que asociamos "exposición" a "PowerPoint" sin preguntarnos si es necesario.
ResponderEliminarAndrea Irles Pérez
ResponderEliminarMe parece muy interesante que hayas cuestionado la relación de una exposición con el Power Point. Estoy completamente de acuerdo en que es una herramienta muy útil a la hora de exponer. Es visual, puede resultar atractivo, destaca las ideas claves y sirve de guía para aquel que presenta y aquellos que atienden. Sin embargo, parece que le damos demasiada importancia a plantear un buen Power Point y nos olvidamos de otros factores importantísimos que garantizarán el éxito de la exposición. No sólo basta con memorizar las pautas de nuestro discurso y guiar a los asistentes con palabras clave, como se viene haciendo en muchas ocasiones. El arte de la oratoria es mucho más antiguo que el Power Point. No solo es importante lo que se va a decir, sino ¿cómo? ¿en qué momento? ¿que hay del humor? ¿y la participación del público? Hay que prestar atención a la postura, a esos gestos nerviosos que distraen a aquellos que atienden. La voz, la entonación y la velocidad, por ejemplo, es de vital importancia y es algo que se debería calcular.¿alguien me puede decir cuánto tiempo empleamos en trabajar estos detalles en comparación con el tiempo que le dedicamos al Power Point de la presentación? Yo me atrevo a decir que poco o nada, al menos en mi caso. Afortunadamente, creo que tengo en cuenta estas cuestiones cuando me decido a hacer una buena presentación, pero aún así, no me preparo como debería. Dejamos estos aspectos a nuestra capacidad de improvisación, que como ya sabemos, puede fallarnos. Todo es así debido a que nos sentimos respaldados por el Power Point. Sin embargo, ya no es una novedad que provocará que los asistentes presten atención. Hoy por hoy estamos acostumbrados a este tipo de presentaciones, y desde mi punto de vista sería más eficaz dar un paso atrás en el tiempo y preparar otras estrategias.
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ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo contigo Andrea Irles, a la hora de presentar nos la jugamos enteramente a que nuestro PowerPoint esté bien hecho y pueda resultar atractivo, sin embargo, nos dejamos de lado todos esos aspectos que son necesarios para una buena comunicación, que creo que son bastante más importantes que unas cuantas diapositivas. Tenemos que cambiar el chip.
ResponderEliminarElena Orpi
Yo, chicas, qué queréis que os diga, quizá será porque he vuelto a la universidad con otros ojos pero, sobre todo, lo que yo quiero es disfrutar de las clases, por el momento, como alumna. Y no creo que esa intención esté reñida con el aprendizaje; más bien al contrario, creo que lo favorece. Y como alumna que quiere disfrutar y aprender con las clases, para mí no hay nada como un profesor con un discurso interesante, lo primero, y bien ejecutado, después. Y ahí entra en juego todo lo que ha comentado Andrea: la oratoria, el humor, los gestos, las apelaciones al público y la teatralidad. Y, si esto falla, para mí no hay Power Point que valga ni que arregle el desastre de tener, o ser, un profesor que no sabe captar la atención de los alumnos por sí mismo.
ResponderEliminarPD: no os preocupéis, que no ha vuelto la censura: yo misma he suprimido la entrada anterior, que se me había pasado un fallo, ains...
Yo con el uso del power point en el máster me estoy volviendo loca. Solo hago un power point cuando me lo exigen, o cuando el trabajo es en grupo y no me queda más remedio, pero realmente podría decir lo mismo sin las diapositivas y probablemente estaría más cómoda porque me miraríais a la cara y no a la pantalla o me olvidaría de que estoy en una exposición y me dedicaría a contar lo que sé. A mí es que me tiene traumatizada por completo.
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